Emiliorubiodiaz's Blog

LO  QUE  SOY…hasta hoy.

Siempre evité el compromiso de hablar sobre mi, pero juzgo necesario que los que me van a leer sepan algo de este mortal, con virtudes y defectos, como los mismos mortales que me leen.

 

 

En el bosque de Pomac

Nací en Trujillo del Perú, hace más de cincuenta años. Pasé mi infancia en El Carmelo, una hacienda cercana al mar en el valle de Virú, pero crecí y me eduqué en Trujillo. Allí pasé por la universidad (había sólo una),  largo tiempo, pues tengo dos títulos profesionales: soy Antropólogo y Arqueólogo, carreras a las que me dedico para ganarme la vida, aunque también hago, en forma interrumpida claro, periodismo radial y escrito. Para escapar de la soledad, de vez en cuando (más en cuando que de vez), escribo poesías y cuentos o temas relacionados con mis profesiones, para ser leídos por mi mismo. Soy fotógrafo aficionado, como tal, realicé exposiciones en Trujillo y Chiclayo. Mis profesiones, me llevanron casi por todo mi país. Viví en desiertos, selvas, montañas. A veces junto al mar, a veces en medio de bosques o cerros. Estuve en pueblos muy remotos y calmados, también en metrópolis bulliciosas y crueles. En todas partes hice amigos de los buenos, de esos que en cada retorno, activan la alegría y el ejercicio del recuerdo nostálgico por el tiempo que pasó y porque a veces algún amigo ya no está. Creo que más por mi vocación de fugitivo, que por mi trabajo, tan pronto como me adapto a un lugar, siento que debo irme, para sentir la alegria del regreso. Mi cuartel general, o sea mi residencia oficial, es la ciudad de Trujillo, allí tengo la mayor parte de mi familia y mis libros, mis archivos, mis fotos, las cosas que recojo de los lugares que estuve. A veces vivo en Lima o brevemente, en algún pueblo cercano a mi lugar de trabajo, que como ya dije, puede estar en cualquier parte de la Tierra. Me divierto con muy poco, será porque me adapto rápido a cualquier situación y no me complico la vida, porque siempre estoy buscando hacer amigos. Me gusta leer literatura y son mis autores preferidos: de casa, o sea mis paisanos, Vallejo, Eguren, Valdelomar, Hernández, Gallardo, Torres, Romualdo y otros del siglo 20, aunque conozco a unos viejos también buenos: J. del Valle Caviedes, S. 17, Melgar, Olmedo, S. 19. De los narradores: Alegría, Scorza, Arguedas, Vargas. De los de afuera: el viejo Borgues por su erudición y fantasía, García Márquez, por todo lo que me hace imaginar cuando lo leo, Rulfo porque escribe como haciendo brujería, Cortazar, porque me hizo conocer París sin salir de mi casa, Asimov, porque me demostró que la ciencia no está reñida con la buena literatura, Poe, porque uno de sus cuentos me «asustó» gratamente desde joven. Y ya no sigo en este tema porque tengo que decirles también que, me gustan todos los géneros musicales, aunque en menor medida la cumbia chicha o cumbia peruana. Bailo poco. No fumo,  aunque sí me gustan las bebidas espirituosas, las que me alegran y me hacen perder la vergüenza y entonces sí bailo. De los deportes prefiero la natación y el billar, que los practiqué de joven y ahora de vez en cuando. El futbol no me atrae y menos si son equipos peruanos que igual que la selección, no pasan de mediocres. Me gusta el cine y lo disfruto, desde Chaplin, C. B. de Miles, Hitchcock, Kubrick, de Palma, Fellini, Truffaut y Pasolini y Copola y Polansky…es decir, me gusta el cine, tanto como el amor y creo que sé amar, a las mujeres que saben amar. Nunca exijo para mi, lo que yo mismo no soy capaz de dar. Me gusta viajar, tanto como ver al cielo ensangrentado en el atardecer, despedir al Sol y recibir la noche, y meterme en la noche casi (o hasta) el otro día. Estar en cualquier playa, en cualquier ciudad y tomar vino antes que whisky y whisky antes que cerveza y cerveza antes que cañazo. Aunque por allí también me atrapa un buen ron o esa exquisita bebida que inventaron los peruanos que se llama pisco. No como mucho, evito las carnes, todas, menos los frutos del mar. Me rindo ante un sebiche o ceviche y me gustan las pastas y los quesos, las coloridas ensaladas, como las faldas cortas que usan las chicas que van por las calles de mi ciudad. Tengo muchos amigos y amigas en todas partes, y quiero tener más, para abrazar al mundo, y a todos contarles mis historias y reir juntos, como reimos cada vez que nos sentamos a compartir  una comida o un trago, o simplemente a conversar,  y yo me pongo al habla de mi vida, como hoy lo hice para que me conozcan, y escribí todo esto sin haberlo pensado.